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Prevención de intoxicación por monóxido de carbono por nuestra neumóloga, la Dra. Cristina Martínez

lunes, 6 de febrero de 2023

  • Es un gas tóxico, incoloro e indoloro, que pasa desapercibido y lentamente induce sueño, sopor, falta de oxígeno en los tejidos, intoxica e, incluso, causa la muerte.
  • Cualquiera que sea la materia orgánica que actúe de combustible, como petróleo, gasolina, queroseno, carbón, madera, etc., cuando existe pobreza de oxígeno en el entorno, aparece una gran cantidad de monóxido de carbono o CO.
  • Este gas puede desprenderse de estufas, quemadores de cocina o braseros, encendidos durante horas, con un mal mantenimiento y en lugares mal ventilados.
  • Las personas que se intoxican precisan atención urgente, recibir oxígeno entre 6-8 horas y, de no funcionar, ser trasladadas a un centro con cámara hiperbárica.

Ante la época de bajas temperaturas actuales  queremos alertar del peligro que entrañan las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO), un gas tóxico que causa accidentes domésticos cada año, muchos de los cuales son atendidos por los servicios hospitalarios cada año y que, de forma esporádica, pero repetitiva, causa algunos episodios mortales que ocupan las páginas de la prensa. Temperaturas invernales, locales mal ventilados, estufas en mal estado, hacinamiento y otras posibles circunstancias, conducen a situaciones de difícil manejo, que acaban en las secciones de sucesos. Por ello, nuetrsa neumóloga, la Dr.a Cristina Matínez González, invita a tomar conciencia sobre este potencial peligro doméstico y a evitar estas circunstancias para prevenir accidentes y muertes que son evitables.

El CO y sus consecuencias

El CO es un gas incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de la materia orgánica. Cuando los compuestos del carbono queman en presencia de gran riqueza de oxígeno, los productos finales son el dióxido de carbono (CO2) y el agua (H2O). Por el contrario, cuando lo hacen con poca cantidad de oxígeno, los residuos que se producen están en la forma mencionada de CO. Una manera sencilla de identificarlos consiste en comprobar si existe una llama intensa, en cuyo caso se produce CO2, o si la combustión se realiza en presencia de brasas o una llama azulada, ya que en estos casos se desprende el CO.

“El CO es un gas enormemente tóxico, capaz de producir la muerte, cosa que ocurre de forma accidental en numerosas ocasiones cada año. Cualquiera que sea la materia orgánica que actúe de combustible, como petróleo, gasolina, queroseno, carbón, madera, etc., cuando existe pobreza de oxígeno en el entorno, aparece una gran cantidad de monóxido de carbono o CO”, explica la Dra Cristina Martínez, Neumóloga de Clínica Asturias.

“En nuestro ambiente existen numerosas oportunidades donde puede desprenderse este gas sin que sea suficientemente advertido: habitaciones mal ventiladas, con estufas de gas, de leña, carbón u otras materias, que no se apagan durante la noche y que desprenden este producto durante muchas horas; quemadores de cocina en mal estado o instalados en zonas muy cerradas; braseros situados a nuestros pies, durante muchas horas de frío invierno u otros utensilios que, de forma descuidada, queman durante mucho tiempo sin el adecuado mantenimiento”, enumera la Dra. Martínez y advierte: “Todo ello crea un ambiente que pasa desapercibido y que, de forma lenta, va induciendo sopor y sueño, con una falta de oxígeno en los tejidos, que acaban de forma abrupta y, en el mejor de los casos, con las personas en un servicio de urgencias”.

¿Cómo afecta al organismo humano?

 El CO se une a la hemoglobina en la misma posición que lo hace el oxígeno, aunque, en este caso, de una forma que resulta muy difícil de sustituir. La unión con el grupo “hemo” es unas 250 veces más intensa que con su molécula habitual de oxígeno. La hemoglobina transporta el CO por la sangre hasta todos los órganos y tejidos, que poco a poco van quedando sin la necesaria presencia del oxígeno, produciéndose la consecuente hipoxia tisular, que es la falta de oxígeno en los tejidos.

La unión del CO con la hemoglobina se denomina carboxihemoglobina y sus valores en sangre arterial oscilan entre 1-1,5%, ya que siempre existe una ligerísima cantidad de CO en nuestro organismo. Los fumadores habituales tienen estos valores algo más elevados, un 5-10%, en función de la cantidad de tabaco consumido y del tiempo transcurrido desde el último cigarrillo. Las personas que viven en un entorno de tráfico rodado intenso tienen también valores ligeramente más altos, así como aquellos que trabajan en garajes o ambientes donde exista combustión orgánica mantenida. La concentración ambiental de CO es de obligada medición en el entorno de las ciudades, cuyas autoridades deberán regular, a su vez, la emisión de este gas por los vehículos a motor.

Manejo de la intoxicación por CO

“El manejo de la intoxicación por CO es una situación de urgencia médica. El paciente debe ser apartado inmediatamente de la fuente emisora de CO y recibir oxígeno en elevadas concentraciones, de ser posible al 100%, y durante el tiempo suficiente para comprobar su eficacia en la situación clínica del enfermo, al que deberemos monitorizar en sus constante vitales”, explica la Dra. Martínez.

La vida media del CO en el organismo es de varias horas, de 6-8 horas, por lo que el tratamiento debe mantenerse constante y no ser retirado a los pocos minutos. Este tiempo se reduce hasta 1-2 horas en presencia de una respiración en oxígeno puro. Si no fuese suficiente con este tratamiento, el enfermo deberá ser trasladado hasta un centro donde se disponga de cámara hiperbárica.

“Debemos recordar que el pulsioxímetro, de uso habitual en los servicios médicos, y que nos proporciona la saturación de oxihemoglobina y la frecuencia cardíaca del paciente, no distingue entre la oxihemoglobina y la carboxihemoglobina, por lo que puede confundirnos totalmente sobre la situación real del intoxicado, a quien deberemos practicar una punción arterial para obtener una muestra sanguínea y medir los niveles reales de saturación de oxígeno de la hemoglobina y la verdadera magnitud en sangre de carboxihemoglobina”, precisa la Dra. Martínez sobre el manejo urgente de estos casos.