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SOP: qué es, síntomas y cómo se trata el síndrome de ovario poliquístico

miércoles, 9 de julio de 2025

Puede que hayas oído hablar del síndrome de ovario poliquístico (SOP) en alguna consulta médica, en redes sociales o en una conversación entre amigas. Es uno de los trastornos hormonales más comunes entre mujeres en edad fértil, pero también uno de los más incomprendidos. Muchas veces se asocia solo con tener quistes en los ovarios, cuando en realidad implica una alteración más compleja que afecta al ciclo menstrual, la fertilidad, el metabolismo y, en algunos casos, incluso al estado emocional.

No es extraño que una mujer con SOP pase años sin diagnóstico o sin una explicación clara. Las reglas irregulares se achacan al estrés, el acné se trata con cosméticos, y el cansancio crónico se normaliza. Sin embargo, detrás de todos estos síntomas puede haber un desajuste hormonal que conviene identificar y tratar de forma integral.

¿Qué es el síndrome de ovario poliquístico?

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es un trastorno hormonal que afecta principalmente a los ovarios y al equilibrio endocrino de las mujeres. Se calcula que entre un 5 % y un 10 % de las mujeres en edad reproductiva pueden tenerlo, aunque muchas no están diagnosticadas.

A pesar de su nombre, no implica necesariamente tener quistes. Lo que ocurre en realidad es una alteración en la ovulación, en la producción de hormonas sexuales (especialmente los andrógenos) y, en muchos casos, una respuesta anómala del cuerpo a la insulina. Todo esto genera un conjunto de síntomas que varían en intensidad y forma de una mujer a otra.

No debe confundirse tener ovarios con aspecto poliquístico en una ecografía —algo que puede aparecer en mujeres sanas— con el diagnóstico de SOP, que requiere una evaluación más completa.

¿Qué síntomas presenta el SOP?

El síndrome de ovario poliquístico puede manifestarse de distintas formas, y no todas las mujeres experimentan los mismos signos. Sin embargo, existen algunos síntomas comunes que ayudan a orientar el diagnóstico.

Trastornos del ciclo menstrual

Uno de los signos más característicos es la irregularidad en las menstruaciones. Pueden pasar más de 35 días entre regla y regla, o incluso desaparecer durante meses. En muchos casos, no se produce ovulación (anovulación), lo que afecta directamente a la fertilidad.

Exceso de andrógenos

El aumento de hormonas masculinas (andrógenos) en sangre puede provocar síntomas visibles:

  • Acné persistente, incluso en edad adulta.
  • Hirsutismo: crecimiento excesivo de vello en zonas como el mentón, el pecho o el abdomen.
  • Caída del cabello (alopecia de patrón femenino).

Alteraciones metabólicas

Muchas mujeres con SOP presentan resistencia a la insulina, lo que significa que su cuerpo no utiliza esta hormona de forma eficaz. Esto puede traducirse en:

  • Aumento de peso, especialmente en el abdomen.
  • Dificultad para adelgazar pese a una alimentación saludable.
  • Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Otros síntomas

Algunas mujeres también refieren:

  • Dolor pélvico leve o molestias ováricas.
  • Cansancio constante.
  • Cambios en el estado de ánimo, ansiedad o bajones emocionales.
  • Problemas para quedarse embarazada.

Causas del síndrome de ovario poliquístico

El síndrome de ovario poliquístico no tiene una única causa clara. Se trata de un trastorno multifactorial en el que intervienen distintas alteraciones hormonales, metabólicas y, en muchos casos, también genéticas. Estas causas no actúan de forma aislada, sino que tienden a reforzarse entre sí, generando un ciclo difícil de romper si no se aborda de forma integral.

Factores implicados en el origen del SOP

  • Predisposición genética: muchas mujeres con SOP tienen antecedentes familiares, lo que sugiere que existe una cierta base hereditaria.
  • Desequilibrio hormonal: suele observarse un aumento relativo de la LH (hormona luteinizante) frente a la FSH (hormona folículoestimulante), lo que altera la ovulación y aumenta la producción de andrógenos.
  • Resistencia a la insulina: el cuerpo no responde bien a esta hormona, lo que genera un exceso compensatorio. Esa insulina elevada puede estimular a los ovarios a producir más andrógenos.
  • Inflamación crónica de bajo grado: algunas mujeres con SOP presentan un estado inflamatorio persistente, que podría favorecer el desequilibrio hormonal y metabólico.

Aunque no todas las mujeres con SOP presentan todos estos factores, sí es habitual que se combinen varios de ellos. Por ejemplo, una mujer con predisposición genética puede no desarrollar síntomas hasta que aparece resistencia a la insulina o un estrés prolongado que altere su equilibrio hormonal.

¿Cómo se diagnostica el SOP?

El diagnóstico del síndrome de ovario poliquístico se basa en una combinación de síntomas, analíticas y pruebas de imagen. No hay una única prueba definitiva, por lo que es necesario evaluar el conjunto de signos clínicos y resultados.

Criterios de Rotterdam

Para confirmar el diagnóstico se deben cumplir al menos dos de estos tres criterios:

  • Ciclos menstruales irregulares o ausencia de ovulación.
  • Exceso de andrógenos, detectado por síntomas (acné, vello excesivo) o en análisis de sangre.
  • Ovarios con aspecto poliquístico en la ecografía (muchos folículos pequeños o aumento de volumen).

Pruebas habituales

  • Exploración física y antecedentes clínicos.
  • Analítica hormonal, con estudio de andrógenos, FSH, LH, insulina, TSH, entre otros.
  • Ecografía transvaginal para valorar la morfología ovárica.

¿El SOP afecta a la fertilidad?

Sí, el síndrome de ovario poliquístico puede influir en la fertilidad, aunque esto no significa que todas las mujeres con SOP vayan a tener problemas para quedarse embarazadas. El impacto depende de cómo se manifieste el trastorno en cada caso, y del grado en que se altere la ovulación.

Uno de los efectos más comunes del SOP es la anovulación crónica, es decir, la falta de ovulación regular. Si no hay ovulación, no se libera un óvulo maduro que pueda ser fecundado, lo que reduce las probabilidades de embarazo. Algunas mujeres ovulan solo ocasionalmente, y otras directamente no lo hacen sin tratamiento.

Además, las alteraciones hormonales y metabólicas que acompañan al SOP —como el exceso de andrógenos o la resistencia a la insulina— pueden afectar al entorno del ciclo menstrual, dificultando la concepción incluso cuando hay ovulación espontánea.

¿Me puedo quedar embarazada con SOP?

Sí, es posible quedarse embarazada, y muchas mujeres con SOP lo consiguen de forma natural. En otros casos, puede ser necesario un tratamiento médico que estimule la ovulación. Lo importante es valorar cada situación de forma individual y contar con un buen seguimiento profesional.

Cuando hay deseo de embarazo, el tratamiento suele incluir:

  • Mejora del estilo de vida (alimentación, ejercicio, control del estrés).
  • Inductores de la ovulación, como letrozol o citrato de clomifeno.
  • Seguimiento ecográfico y hormonal para ajustar el momento más fértil.
  • Reproducción asistida, si no hay respuesta a los tratamientos iniciales.

El pronóstico reproductivo en mujeres con SOP suele ser bueno, especialmente si se actúa a tiempo y con un enfoque personalizado. La clave está en entender que el SOP no es una sentencia, sino una condición que puede controlarse con éxito.

Tratamiento para el síndrome de ovario poliquístico

Aunque el síndrome de ovario poliquístico no tiene una cura definitiva, existen distintas formas de mejorar sus síntomas, regular el ciclo menstrual y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo. El tratamiento debe adaptarse a cada mujer, teniendo en cuenta si hay deseo de embarazo, qué síntomas predominan y cómo se encuentra su salud metabólica general.

Cambios en el estilo de vida

El punto de partida suele estar en los hábitos cotidianos. Cuando hay alteraciones hormonales relacionadas con la insulina, el tipo de alimentación que se sigue puede marcar una gran diferencia. Ajustar la dieta hacia una opción más equilibrada, rica en alimentos frescos y con menor carga glucémica, contribuye a estabilizar los niveles hormonales y reducir la inflamación de bajo grado.

El ejercicio también tiene un efecto positivo sobre el equilibrio hormonal. No se trata solo de controlar el peso, sino de favorecer una mejor respuesta del cuerpo a la insulina y disminuir la producción excesiva de andrógenos. Incluso una actividad física moderada pero constante puede traducirse en mejoras notables a medio plazo.

Además, gestionar el estrés de forma activa se ha vuelto una pieza clave. El sistema hormonal es especialmente sensible a los niveles elevados de cortisol, y muchas mujeres con SOP encuentran alivio en técnicas que ayudan a regular el sistema nervioso, como el descanso adecuado, la respiración consciente o el movimiento corporal sin exigencias.

Tratamiento médico

Cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes o hay síntomas que requieren una intervención más directa, puede plantearse un tratamiento médico. Este puede orientarse a regular el ciclo menstrual, reducir el acné o el vello no deseado, mejorar la calidad de la ovulación o aliviar otros síntomas vinculados al exceso de andrógenos.

El enfoque dependerá del perfil hormonal de cada mujer y de si busca o no un embarazo. En muchas ocasiones, la respuesta del cuerpo mejora cuando se combinan ambos abordajes: por un lado, cambios sostenibles en la rutina diaria, y por otro, un acompañamiento médico que ayude a recuperar la regularidad del ciclo o a reducir el impacto de los síntomas más visibles.

Lo más importante es entender que el tratamiento del SOP no es una solución rápida, sino un proceso que requiere tiempo, seguimiento y, sobre todo, un enfoque personalizado. Con las herramientas adecuadas, muchas mujeres logran regular su ciclo, mejorar su fertilidad y recuperar el bienestar físico y emocional.

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¿El SOP tiene cura?

El síndrome de ovario poliquístico no tiene una cura definitiva en el sentido tradicional, pero eso no significa que no pueda tratarse con éxito. De hecho, muchas mujeres logran mejorar notablemente sus síntomas y recuperar el equilibrio hormonal con un enfoque adecuado y constante.

El SOP no es una enfermedad puntual, sino una condición crónica con base hormonal y metabólica que puede evolucionar con el tiempo. Por eso, más que hablar de “curación”, es más preciso hablar de control. La buena noticia es que, con cambios en el estilo de vida y un tratamiento personalizado, los síntomas pueden disminuir hasta desaparecer por completo en algunos casos. Es posible regular los ciclos menstruales, mejorar la ovulación, aliviar el acné o el exceso de vello, y prevenir complicaciones a largo plazo.

Además, el SOP no se manifiesta igual a lo largo de la vida. Durante la adolescencia puede presentarse con reglas irregulares o acné, en la edad adulta con problemas de fertilidad, y tras la menopausia los síntomas ováricos tienden a suavizarse, aunque pueden persistir las alteraciones metabólicas. Por eso, el acompañamiento debe adaptarse a cada etapa.

Consecuencias del SOP a largo plazo

El síndrome de ovario poliquístico no solo afecta al ciclo menstrual o a la fertilidad. Cuando no se trata de forma adecuada, puede tener implicaciones importantes a largo plazo, especialmente a nivel metabólico y cardiovascular. Por eso es fundamental entenderlo no como un problema puntual, sino como una alteración hormonal crónica que requiere seguimiento.

Una de las complicaciones más frecuentes es el aumento del riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y, con el tiempo, diabetes tipo 2. Esto ocurre porque muchas mujeres con SOP tienen dificultades para utilizar la insulina de forma eficaz, lo que obliga al cuerpo a producir más cantidad. Si esta situación se mantiene en el tiempo, puede derivar en hiperglucemia persistente y daño metabólico.

También se ha observado una mayor probabilidad de presentar dislipemia (niveles alterados de colesterol y triglicéridos), hipertensión arterial y síndrome metabólico, un conjunto de factores que elevan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Todo ello está relacionado con los desajustes hormonales y el entorno inflamatorio que suele acompañar al SOP.

Además del plano físico, el impacto emocional del SOP puede ser significativo. Muchas mujeres experimentan ansiedad, frustración o baja autoestima, sobre todo cuando los síntomas visibles —como el acné o el vello facial— afectan a la imagen corporal. La irregularidad menstrual o la dificultad para concebir también pueden generar malestar psicológico, especialmente si no se cuenta con un buen acompañamiento profesional.