El efluvio telógeno es una de las causas más frecuentes de caída de cabello, pero también una de las menos conocidas. Suele aparecer de forma repentina, con una pérdida más abundante de lo habitual, sin calvas visibles y con un patrón difuso que afecta a toda la cabeza. Aunque puede resultar alarmante, en la mayoría de los casos es un proceso temporal y reversible.
Lo habitual es que comience a notarse entre uno y tres meses después de un desencadenante: una infección con fiebre, una operación quirúrgica, una etapa de mucho estrés o un cambio hormonal como el posparto. De pronto, el volumen del pelo disminuye, el cepillo se llena más de lo normal y empiezan las dudas. ¿Será por falta de hierro? ¿Tendrá que ver con el tiroides? ¿Se me va a quedar así?
No siempre es fácil distinguir esta caída de otras formas de alopecia, por eso conviene conocer cómo se comporta, qué factores pueden provocarla y cuándo merece la pena acudir a consulta médica. Detectarlo a tiempo evita preocupaciones innecesarias y permite valorar si es necesario hacer algún tipo de tratamiento.
¿Qué es el efluvio telógeno?
El cabello no crece de forma continua, sino que sigue un ciclo dividido en varias fases. La más larga es la fase anágena, que corresponde al crecimiento activo y puede durar varios años. Luego llega una fase de transición (catágena), y finalmente la fase telógena, en la que el pelo se mantiene en reposo antes de desprenderse de forma natural.
En condiciones normales, entre el 10 % y el 15 % del cabello está en esa última fase, lo que permite que la renovación capilar pase desapercibida. Sin embargo, cuando por alguna razón muchos folículos entran a la vez en fase telógena, se produce una caída repentina y más abundante: eso es lo que se conoce como efluvio telógeno.
Este tipo de caída tiene varias características que lo diferencian de otras formas de alopecia:
- Es difusa, no se concentra en una zona concreta del cuero cabelludo.
- No produce calvas redondeadas, como ocurre en la alopecia areata.
- Se desencadena con cierto retraso, normalmente entre uno y tres meses después del factor que lo provoca.
- Suele ser reversible, especialmente si se identifica y corrige la causa a tiempo.
Aunque puede parecer alarmante por la cantidad de pelo que se pierde, en la mayoría de los casos no hay daño permanente en los folículos. El cabello volverá a crecer, aunque el proceso de recuperación puede tardar varios meses.