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¿Qué son los dientes de tiburón en niños y cuándo conviene ir al dentista?

jueves, 17 de julio de 2025

La caída de los dientes de leche y la salida de los definitivos suele ser un proceso natural y ordenado, pero a veces el cuerpo tiene sus propios planes. Algunos niños, en lugar de seguir la “norma”, empiezan a mostrar una curiosa doble fila de dientes: los nuevos ya han salido… pero los viejos no se han movido. Es lo que se conoce popularmente como dientes de tiburón, una alteración bastante frecuente en la infancia que suele despertar preocupación entre madres y padres.

Lo más habitual es que aparezca entre los 5 y los 7 años, coincidiendo con la erupción de los primeros incisivos inferiores. Aunque el nombre suene alarmante, en muchos casos no supone ningún problema serio. Aun así, no siempre se resuelve solo, y cuando el diente de leche no se cae a tiempo, puede afectar al desarrollo correcto de la dentadura permanente.

Por eso es importante conocer cómo se produce este fenómeno, qué señales indican que conviene hacer una visita al dentista y qué soluciones existen. Estar bien informados permite tomar decisiones con calma y evitar complicaciones futuras, como apiñamientos o necesidad de ortodoncia precoz.

¿Por qué aparecen los dientes de tiburón en los niños?

Durante la etapa de recambio dental, lo habitual es que el diente definitivo empuje al de leche desde abajo, provocando poco a poco la reabsorción de su raíz y su caída natural. Pero hay veces en que este proceso no ocurre como debería. El diente definitivo empieza a salir, pero el de leche permanece firme en su sitio. Como resultado, ambos conviven durante un tiempo, dando lugar a esa doble fila de dientes tan característica que recuerda a la mandíbula de un tiburón.

Esta situación es bastante frecuente en la infancia y no siempre indica un problema. Aun así, conviene entender por qué ocurre para saber si es conveniente consultar con un profesional.

La causa más común es la falta de reabsorción de la raíz del diente de leche, lo que impide que este se afloje y caiga como debería. En lugar de ocupar su posición natural, el diente definitivo erupciona en una zona cercana, normalmente por detrás del diente de leche, y ambos terminan compartiendo espacio.

Esto puede deberse a distintos factores:

  • Fuerza insuficiente del diente definitivo para reabsorber la raíz del de leche.
  • Alteraciones en la posición de salida del diente nuevo, que crece ligeramente desviado desde el inicio.
  • Falta de espacio en la arcada dental, que impide una erupción alineada.
  • Hábitos orales poco estimulantes, como evitar morder alimentos sólidos, lo que retrasa la caída natural de los dientes de leche.

En la mayoría de los casos, este fenómeno afecta a los incisivos inferiores y aparece entre los 5 y los 7 años, justo cuando comienza el recambio dental. No suele causar dolor, aunque puede generar incomodidad o dificultar la masticación si no se resuelve con el tiempo.

¿Cuándo hay que preocuparse?

La mayoría de los casos de dientes de tiburón en niños no requieren intervención inmediata. Es habitual que el diente de leche acabe cayendo por sí solo y que el definitivo se coloque poco a poco en su sitio con el crecimiento y el movimiento natural de la dentadura. Sin embargo, hay señales que conviene observar para saber si algo no está evolucionando como debería.

Lo primero que hay que tener en cuenta es el tiempo. Si tras la aparición del diente permanente han pasado varias semanas y el diente de leche sigue completamente firme, es recomendable pedir cita con el odontopediatra para hacer una valoración. En ocasiones, esa espera excesiva puede provocar desplazamientos o falta de espacio para los dientes nuevos.

También hay que prestar atención a otros signos que podrían indicar la necesidad de actuar:

  • Han pasado más de dos meses desde que salió el diente definitivo y el de leche sigue sin aflojarse.
  • El niño siente molestias al masticar, al hablar o al tocarse la zona con la lengua.
  • La presencia de dos filas de dientes empieza a alterar la alineación o la mordida.
  • Se observa apiñamiento de los dientes vecinos o desviación visible en el nuevo diente.
  • El problema no afecta solo a un diente, sino que aparece en varios puntos de la boca.

En cualquiera de estos casos, es preferible no esperar a que “se caiga solo”. Una visita a tiempo puede evitar complicaciones mayores, como tratamientos de ortodoncia más complejos en el futuro. Además, ayudará a tranquilizar a la familia y a resolver cualquier duda de forma profesional.

Recuerda que en edades tempranas, el seguimiento odontológico no solo sirve para tratar problemas, sino también para prevenirlos.

¿Qué tratamiento tienen los dientes de tiburón?

El tratamiento de los dientes de tiburón dependerá del caso concreto y de cómo evolucione la situación en las semanas posteriores a la erupción del diente definitivo. No todos los niños van a necesitar intervención, pero sí es importante que un profesional valore si se trata de un proceso normal o si hay riesgo de que afecte a la posición del resto de piezas dentales.

En muchos casos, la mejor decisión es observar y dar tiempo. Con el paso de los días, el diente de leche puede empezar a aflojarse de forma natural gracias al propio empuje del diente nuevo y a los estímulos mecánicos del día a día.

¿Cuándo hay que intervenir?

Hay situaciones en las que esperar no es suficiente. Si el diente de leche no muestra señales de aflojarse tras varias semanas, o si el definitivo ha salido completamente fuera de lugar, el odontopediatra puede optar por una pequeña intervención:

  • Extracción del diente de leche: es un procedimiento sencillo, rápido y sin complicaciones, que permite liberar el espacio para que el diente permanente se reubique correctamente.
  • Seguimiento del crecimiento: en algunos casos, aunque se haya extraído el diente de leche, es necesario hacer controles periódicos para asegurarse de que el definitivo se recoloca sin ayuda adicional.
  • Ortodoncia preventiva o interceptiva: si el apiñamiento es evidente o la mordida ya está alterada, puede plantearse el uso de aparatos sencillos para guiar el desarrollo de la dentadura.

El tratamiento siempre se adapta a la edad del niño, al estado general de su boca y al tiempo que ha pasado desde la erupción del diente permanente. Lo más importante es evitar maniobras caseras o intentar forzar la caída del diente por cuenta propia, ya que se puede dañar la encía o afectar al diente definitivo.

Acudir a una revisión con profesionales en odontología infantil, como los de la Clínica Asturias Dental, permite actuar con criterio, seguridad y sin generar miedos innecesarios en el niño. Una experiencia positiva en estas primeras visitas puede marcar el inicio de una buena relación con el cuidado dental durante toda la infancia.

¿Se pueden evitar los dientes de tiburón?

Los dientes de tiburón no siempre se pueden prevenir, ya que en muchos casos dependen de factores biológicos y de cómo se produce la erupción de cada diente. Aun así, sí es posible reducir el riesgo o favorecer que el recambio dental se produzca de forma más ordenada.

Una de las claves está en promover hábitos saludables desde las primeras etapas del desarrollo. Estimular la función masticatoria, mantener una buena higiene bucal y acudir a revisiones periódicas puede marcar una gran diferencia en el desarrollo de la dentadura infantil.

Algunas recomendaciones útiles para favorecer un recambio dental adecuado son:

  • Ofrecer alimentos con distintas texturas, incluyendo opciones duras como manzana, pan con corteza o zanahoria cocida al dente, que ayudan a movilizar los dientes de leche.
  • Evitar el uso prolongado del chupete o el hábito de chuparse el dedo, ya que pueden afectar a la alineación de los dientes y al recambio normal.
  • Enseñar una correcta higiene bucodental desde los primeros años, para evitar caries que puedan alterar el proceso de recambio.
  • Realizar revisiones dentales periódicas, especialmente entre los 5 y los 7 años, cuando suele iniciarse el cambio de dentición.

Estas pequeñas acciones, aunque no garanticen que no aparezcan los dientes de tiburón, sí contribuyen a que el proceso sea más natural y menos propenso a complicaciones. Además, permiten detectar cualquier alteración en fases tempranas y actuar con tiempo.

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¿Qué pasa si no se tratan?

Ignorar los dientes de tiburón pensando que “ya se caerán solos” puede parecer una opción razonable, pero no siempre lo es. Aunque en muchos casos el problema se resuelve sin intervención, hay situaciones en las que la falta de tratamiento a tiempo puede derivar en complicaciones que afecten al desarrollo bucal del niño.

Cuando el diente de leche permanece más tiempo del necesario, puede impedir que el definitivo ocupe su sitio o hacerlo en una posición incorrecta. Esto no solo altera la estética de la sonrisa, sino que puede comprometer la mordida y la función masticatoria.

Algunas de las consecuencias más comunes de no tratar los dientes de tiburón son:

  • Apiñamiento dental, que puede requerir tratamientos de ortodoncia más largos o complejos en el futuro.
  • Desviación o rotación de los dientes definitivos, al no tener suficiente espacio para erupcionar correctamente.
  • Alteraciones en la mordida, que afectan a la forma en que el niño mastica o habla.
  • Mayor riesgo de caries o inflamación de las encías, ya que la doble fila de dientes puede dificultar la higiene.
  • Molestias o heridas en la lengua, sobre todo si el diente definitivo erupciona hacia dentro.

Por eso es tan importante observar la evolución de la dentición infantil y no restarle importancia a los cambios visibles en la boca del niño. Ante cualquier duda, una simple revisión puede evitar complicaciones mayores y ayudar a que todo siga su curso con normalidad.

Una doble fila de dientes que conviene revisar

Ver dos filas de dientes en la boca de un niño puede parecer sorprendente, pero no siempre es un problema. En muchos casos, es una etapa pasajera que se resuelve sin necesidad de intervención. Pero otras veces, los dientes de tiburón pueden marcar el inicio de un desajuste en la alineación que conviene abordar cuanto antes.

En la Clínica Asturias Dental, disponemos de un equipo especializado en odontología que puede acompañarte con la tranquilidad de saber que estás en buenas manos. Si tienes dudas, pide una valoración. Detectarlo a tiempo puede evitar tratamientos más complejos en el futuro.