Toda la información médica a tu alcance

  • Todos

  • Especialidad/
    Unidad Médica

  • Especialista

  • Prueba Diagnóstica

  • Tratamiento

Actualidad

Cáncer de vesícula biliar: una enfermedad silenciosa que conviene conocer

jueves, 3 de julio de 2025

Hay enfermedades que, por su rareza o por lo silenciosas que son en sus primeras fases, pasan desapercibidas durante mucho tiempo. El cáncer de vesícula biliar es una de ellas. No es de los más frecuentes, no suele aparecer en los titulares y, sin embargo, cuando se diagnostica, muchas veces ya está avanzado. Lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de curación.

A diferencia de otros tipos de cáncer más conocidos, este tipo de tumor puede estar presente durante meses sin causar síntomas evidentes. En ocasiones, se detecta por casualidad, al realizar una ecografía por otros motivos o durante una cirugía de vesícula. Esto hace que su diagnóstico temprano sea un verdadero reto para el personal médico.

Aunque no podemos evitar todos los factores que influyen en su aparición, sí podemos conocer mejor cómo se presenta, en qué personas hay que estar más alerta y cuáles son las señales que deberían hacernos consultar con un profesional. Saber más sobre el cáncer de vesícula biliar no solo es útil para quienes ya conviven con problemas digestivos: también puede ser una herramienta para actuar a tiempo.

¿Qué es el cáncer de vesícula biliar?

La vesícula biliar es un pequeño órgano con forma de pera, situado justo debajo del hígado. Su función principal es almacenar la bilis, un líquido que ayuda a digerir las grasas. Cuando hablamos de cáncer de vesícula, nos referimos a un crecimiento anormal de células en este órgano, que puede empezar en el revestimiento interno y avanzar hacia otras capas o incluso extenderse a órganos cercanos.

Se trata de un cáncer poco común, pero con una evolución rápida si no se detecta a tiempo. Su localización profunda en el abdomen y la ausencia de síntomas claros en las primeras fases contribuyen a que, en muchos casos, el diagnóstico llegue tarde.

¿Quién tiene más riesgo?

Aunque el cáncer de vesícula biliar puede aparecer en cualquier persona, hay ciertos perfiles en los que es más probable. El principal factor de riesgo es la edad: la mayoría de los casos se dan en personas mayores de 65 años. También es más frecuente en mujeres que en hombres.

Otro aspecto relevante es la historia médica. Las personas que han tenido cálculos biliares de forma crónica, inflamación de la vesícula (colecistitis), pólipos en la vesícula o ciertas anomalías congénitas de las vías biliares presentan un mayor riesgo. Algunas infecciones, como las causadas por Salmonella, también se han vinculado con este tipo de tumor.

Además, existen factores más generales, como la obesidad o una dieta muy rica en grasas, que pueden influir en su aparición. No se trata de causas directas, pero sí de elementos que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Síntomas del cáncer de vesícula biliar que no hay que ignorar

Uno de los mayores desafíos del cáncer de vesícula es que sus síntomas suelen confundirse con trastornos digestivos comunes. Muchas veces, el primer signo de alarma es un dolor en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo de las costillas. Este dolor puede ser persistente o aparecer después de las comidas.

Con el tiempo, pueden aparecer otros síntomas más evidentes: coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), pérdida de peso sin causa aparente, falta de apetito, náuseas, vómitos o fiebre. Cuando el tumor ha avanzado, puede haber también una masa palpable en el abdomen o molestias generales.

Es importante tener en cuenta que estos signos no son exclusivos del cáncer de vesícula, pero si persisten o se combinan entre sí, conviene consultar al médico. Un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia en el tratamiento.

¿Cómo se diagnostica?

El proceso diagnóstico suele comenzar por una sospecha clínica, especialmente si la persona presenta síntomas digestivos persistentes o factores de riesgo conocidos. El primer paso habitual es realizar una ecografía abdominal, una prueba sencilla y no invasiva que permite visualizar la vesícula y detectar posibles anomalías.

En función de los hallazgos, se pueden solicitar otras pruebas de imagen más específicas, como la tomografía axial computarizada (TAC), la resonancia magnética o una colangiopancreatografía (CPRM), que permiten observar con más detalle tanto la vesícula como las vías biliares y el hígado.

En algunos casos, también se realizan análisis de sangre para comprobar si hay alteraciones en las enzimas hepáticas o en los niveles de bilirrubina. Y si hay sospecha firme de cáncer, puede ser necesaria una biopsia o incluso una cirugía exploratoria para confirmar el diagnóstico.

Tratamientos disponibles para el Cáncer de vesícula biliar

El tratamiento del cáncer de vesícula biliar dependerá del estadio en el que se encuentre el tumor en el momento del diagnóstico, de la salud general del paciente y de si el cáncer se ha diseminado a otras zonas del cuerpo.

En fases iniciales, la cirugía suele ser la opción principal. Consiste en la extirpación completa de la vesícula (colecistectomía) y, si es necesario, también de parte del hígado o de los ganglios linfáticos cercanos.

Cuando la enfermedad está más avanzada, se pueden emplear otros tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o las terapias dirigidas. Estas opciones buscan reducir el tamaño del tumor, aliviar los síntomas y, en algunos casos, prolongar la supervivencia. Si el tumor no puede extirparse, el enfoque se centra en mejorar la calidad de vida del paciente mediante cuidados paliativos.

➡️ ¿Cómo puedo tener más información sobre el cáncer de vesícula biliar?

 

Pues es muy sencillo, puedes llamarnos al teléfono 985 28 60 00.
Estaremos encantados de atenderte y resolver todas tus dudas.

¿Qué pronóstico tiene la enfermedad?

El pronóstico del cáncer de vesícula biliar depende sobre todo de la etapa en la que se detecte. Si se diagnostica en una fase temprana y se puede extirpar por completo, las probabilidades de curación son razonablemente altas. Sin embargo, como en muchos casos se detecta cuando ya se ha extendido, el tratamiento se complica y el pronóstico empeora.

Esto no significa que no haya opciones. Cada caso debe valorarse de forma individualizada, teniendo en cuenta la extensión del tumor, la respuesta al tratamiento y el estado general del paciente. Los avances en diagnóstico por imagen y en oncología están permitiendo mejorar la detección y ofrecer tratamientos más personalizados.

¿Se puede prevenir?

No existe una forma infalible de prevenir el cáncer de vesícula biliar, pero hay hábitos que pueden reducir el riesgo. Mantener un peso saludable, seguir una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras, evitar el consumo excesivo de grasas saturadas y tratar adecuadamente los cálculos biliares si aparecen son medidas que pueden tener un impacto positivo.

También es importante realizar revisiones médicas periódicas si se tienen antecedentes familiares o personales de problemas en la vesícula. Aunque no siempre se puede anticipar la aparición del tumor, actuar a tiempo mejora las opciones de tratamiento y recuperación.